Cuando retorné de mi viaje un 13 de marzo del 2017, ingenuamente pensé que volvería a viajar en unos meses, sin embargo, al pisar suelo limeño, ya no sentía la necesidad de seguir viajando, me encontraba muy bien conmigo mismo y con todo lo que me sucedía, es en ése claro de lucidez, que decidí, antes de retornar al mundo de la ingeniería, publicar el mil veces pospuesto «poemario» que había escrito estando en la universidad y que muy pocas personas habían podido leer, ya que era artesanal y único, (solo hice un ejemplar), lo atesoraba en un estuche de policía que alguna vez mi papá me regaló, ése estuche era de cuero marrón, en el cual entraban al mismo tiempo, mis poemas escritos en papel reciclado, junto con mis resúmenes de Física del Estado Sólido, Física III y Mate III, el estuche tenía nombre de mujer, «Pandora», el lapicero de marca «Faber Casstel», destinado a los poemas, había sido forrado con cinta aislante negra, era un lapicero «de luto», hasta incluso le hice unos flecos que simulaban ser plumas, ya que era un lapicero que quería ser «pluma fuente» y se llamaba «El asesino precario», el nombre lo tomé del título de una canción del F (Daniel F), cantante a quién escuchaba mucho en aquella época, universitaria y depresiva.
Antes de buscar algún trabajo relacionado a mi profesión, me mudé a Miraflores, a unas cuadras del malecón, cerca al parque, «El Faro», quería conservar ése ambiente de calma, independencia y hermosa soledad. Fue un tiempo de vida plena, continuaba con mi año sabático, salía a correr por las mañanas, aprendí a cocinar, comía sano, salía al malecón a escribir poemas, meditar, filosofar, reflexionar, contemplar la naturaleza o visitar siempre a la misma flor, de alguna forma continuaba viajando, pero desde mi mente y ya no con mis pasos.
Una de esas tardes, solitarias y sosiegas, revisando mi celular desde la cama, leí en un post de facebook, que la convocatoria para el concurso del premio Copé de poesía, terminaría en una semana, entonces, como casi un último grito de independencia, vinieron a mi mente los recuerdos del «Asesino precario», de «Pandora» y me dije, ¡Porqué no! Pensé que aquella travesía literaria duraría solo unos meses, pero hoy, escribiendo este primer post de mi web, veo que ya han pasado cerca de 4 años y me siento como si fuese el primer día.
